
Recordando a desojanos: ISMAEL
Recordando a desojanos es una sección que comencé hace dos años con nuestros antepasados que hubieran cumplido el siglo. Ésta y todas las secciones de esta página están abiertas a todos para que mandéis datos, sugerencias o el artículo entero. Se os agradece.
Ismael Hernández nació el día de Santa Teresa de 1918, hijo de Celestino y Presentación, sus hermanos Felisa, Alejandrina, Amador, Juanito, y Gloria (fallecidos) Nieves y Silvano están entre nosotros.
La vida de Ismael cambió con 49 años, cuando un día caluroso de verano, subido en el remolque de acarrear la mies, comenzó a notar que se le dormían las piernas. El proceso fue degenerando hasta alcanzar un punto en que no se pudo mover. Después de muchos meses en el hospital y terapias que no funcionaron, regresó a Desojo postrado en la cama. La enfermedad parecía neuropática, pero nunca se llegó a diagnosticar. Hecho que le llevó a la consulta del "brujo de Burlada", de quien se convirtió en su más acérrimo defensor y seguidor. Pues la toma de las hierbas hicieron que volviese a caminar, según me confeso mil veces.
Las hierbas, o el milagro de un santo, o porque tenía que pasar hicieron, que Ismael, a partir de ese momento lo identifiquemos con su bastón. Bastón que mimaba, le cambiaba continuamente de gomas, y que le servía para todo (algunas veces pienso que para caminar era solo un adorno, pues lo llevaba, muchas veces, colgado), lo he visto jugar con él (nos retaba a pasar por debajo del bastón), o cuando estábamos en la huerta y tardaba en hacer algo, lo hacía él con el bastón.
Ismael vivió aquellos años duros del siglo XX, infancia con pocos estudios y mucho trabajo, y al despertar la juventud, la guerra civil, "la riña", como le llamaba. En las épocas duras es donde se forjan grandes amistades: Trifón Baquedano, Hipólito Yániz, Silvio Alvarez, Honorio Beramendi,Cecilio Álvarez.....que durante muchos años después se reunían para recordar los tiempos mozos.
Los años de invalidez hicieron que Ismael llevara una vida tranquila, que procuraba visitar a todos en sus casas, se le veía pasear por las calles, siempre con su bastón, su visita diaria al regadío de "Fuente los Burros", su traguito de agua en la fuente, donde siempre tenía un vaso.
Puso de moda sentarse en lugares estratégicos del pueblo para tomar el sol en invierno, los pajares, o la fresca en verano, en la fuente.
Pero el lugar que más identifico con Ismael era el raso en verano,(detrás de la iglesia, a la sombra ;aunque la costumbre hoy está perdida, creo que todo el pueblo pasaba por allí, viviesen en la otra esquina del pueblo, ahora mismo me acuerdo de Agustín Labeaga de la parte de arriba o Jacinto Hernández desde la parte de abajo, por supuesto que los del barrio de la iglesia, todos, aunque solo fuera para ver donde estaban trabajando las cosechadoras o si salía una nube en la peña de Codés) , allí, tumbado o echando la siesta o sentado en diferentes partes, según el recorrido del sol, recibía a los veraneantes de Agosto, allí jugaba con los jóvenes (el bastón, o carrera con la boina agarrando el rabo, nos sometía a todo tipo de acertijos y refranes....). Durante casi 20 años con Poli, tio, estuvieron regentando la bodeguilla debajo del frontón, propiedad de Hipólito. Allí montaron un botellero en el fondo y garrafones de vino, donde hacían experimentos poniendo trozos de madera, para darle "buqué" y el barril de agua, pues él no bebía vino, solo alguna pagacha o mosto, pues su único vicio era el tabaco, Ducados. Plantaron seis árboles para dar sombra y pusieron una mesita y unos asientos de piedra, donde disfrutaron de conversaciones en buena compañia(además de muchos desojanos, Julián , Macario,Juan Mari Lanz,Alfio, Cecilio,Silvano Irisarri, Silvano Hernández,Agustín Labeaga,y desojanos adoptados: Ramón y Florentino Arizaga,Gregorio Achótegui, José Ramón Trigueros....por nombrar algunos) y buenos alimentos(recuerdo las anchoas en lata de conservas "Brillante").Desgraciadamente, los propietarios ,la han dejado abandonada con un poste de sujeción para que no se caiga la puerta de entrada. Supongo que si no se toman medidas se hundirá y se llevará parte del frontón.
Aquél bastón que muchas veces le usó para jugar, abrir hoyos para planta de tomate o para tirárselo a una perdiz herida, al final se hizo necesario, pues las facultades mermarón más, fue operado de cataratas de ambos ojos..y falleció de forma plácida, durmiendo con más 80 años.
Poli Yániz Eguilaz
Foto cedida por Juan Bautista Moreno