
Religiosos/as: Valeriano Alvarez de Eulate Narcuè
Hace un tiempo me propuse investigar la vida de los misioneros/as que nuestro pueblo ha repartido por el mundo. Estoy convencido, que en América, Asia o África han escrito páginas ilustres y, porque no, el nombre de nuestro pueblo puede estar escrito en alguna escuela, pueblo o territorio, por esos mundos.
Lo que sí podemos es intentar recordalos, por lo menos, los que vivieron en el último siglo.
VALERIANO Alvarez de Eulate Narcué
Sinceramente, nunca había oído hablar de Valeriano, hasta que su hermana Onelia (en la foto con su hermano)me hablo de él. Sus padres Isaac y Juana. Hermanos Adalberto, Esmeraldo y Onelia.
Fué un sacerdote, religioso de la Orden de San Vicente de Paul, Paules,cantó misa en Madrid,la Milagrosa,despuès estuvo un año en Londres, porque su idea era ir a la India,pero los superiores lo enviaron a Perú,donde daba clases en la escuela y se ocupaba de la vida espiritual de los feligreses de su parroquia. Su dedicación era tan intensa que vivía día y noche para los jovénes de esa tierra. Perdió la vida un día en que se encontraban en una pequeña isla. Al parecer, había niños que no sabían nadar, y él los transportaba a la orilla, hasta que el cansancio y agotamiento provocaron su hundimiento,era el año 1955,cuando solo contaba 29 años .
Desde aquí, un homenaje a este olvidado desojano, Valeriano Alvarez de Eulate.
Aunque ya hablé en su día, quiero también recordar en este momento a Martín Ojanguren (H. Pascual Pedro), porque la semana pasada, cuando el Vaticano ofreció la lista de próximos beatos, no aparecía en la lista.
Cada vez que puedo investigo sobre el martirio de Martín, y desgraciadamente, cada vez, me entristece más los seres humanos o monstruos que nos han rodeado. Os cuento, Martín era religioso Marista, Orden de origen francés, lo que parecía una ventaja se volvió en contra, pues las autoridades catalanas de la época, pidieron a la embajada francesa entre 700.000 y 800.000 francos franceses por la vida de 140 religiosos maristas. Los franceses entregaron el dinero, pero los religiosos fueron martirizados.
Os lo he escrito de forma muy aséptica, sin entrar en detalles escabrosos.
Hipólito Yániz Eguilaz