Septiembre

Con la llegada de Septiembre, aunque sea en un año diferente, todo vuelve a su ser: "Cada mochuelo a su olivo", que dice el refrán. Después de ver este verano las calles, carreteras y caminos (hasta el frontón ha estado repleto de actividades) llenos de niños, jóvenes y adultos la dura realidad vuelve en Otoño: cada vez menos gente, más encerrada en sus casas y, por añadidura, las mascarillas, que al final lo que induce es a la individualidad.

Pero, ya llegarán los días cortos y el confinamiento en las casas. Ahora nos quedan, aún, bonitas jornadas de sol con ese vientecillo que corta la piel, procedente de la Sierra de Codés, mientras el silencio vuelve a las calles, solo interrumpido por el ruido de los almendrucos al descocar o el calderín al asar pimientos. Porque es época de  limpiar y asar tomates, pimientos o descocar almendrucos o nueces, o recoger los pocos racimos de uva, que aún quedan, o las manzanas o las pomas y todo lo que los regadíos nos regalan, con sudor, y que ahora maduran.

Mientras tanto la naturaleza va cambiando: las hojas de los árboles caen, las aves emigran, los campos toman ese color parduzco. Pero la melancolía dura poco, y como el refrán, cada mochuelo está en su olivo: los tractores empezarán a sembrar, los cazadores a cazar, los niños a la escuela, cada uno a su actividad...y yo, entre otras cosas, espero que a escribir.

Hoy me ha costado arrancar, pero sé que muchos me estabais esperando.

Poli Yániz Eguilaz

FOTO: Juan Bautista Moreno

(Lucio Azcona, Juan José Alvarez y Celestino Garcia, limpiando almendrucos)