Albelda-San Pelayo

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Albelda

Cuando el rey Sancho se hallaba en Albelda un 17 de septiembre del 983, en compañía de la reina Urraca y su familia, aprovechó la estancia para firmar una concordia sobre la forma en que debían repartirse los diezmos. Se acordó hacerlo a partes iguales y aprobando sancionar con el pago de cinco libras, a quien quebrantase el acuerdo. En la firma aparece Vigila,el famoso escriba, ahora abad.

Pasaron los años y los reyes siguieron siendo generosos con el patrimonio de Desojo para el monasterio de San Martín.

Sancho IV, el 19 de enero de 1067, siendo García presbitero de Desojo y sus cofrades, entregan al Monasterio de Albelda todas las casas, viñas y tierras de Velasco.

El 11 de agosto de 1068 el rey Sancho dona la Iglesia de Santo Tomás, con todas sus pertenencias al Monasterio de San Martín de Albelda y a su abad, Vidal .

En 1068, además del rey Sancho, su hijo Ramiro dona a San Martín de Albelda, la iglesia de Santa Eulalia de Desojo, con sus viñas, tierras y huertos.

En 1320 los  clérigos de Desojo son amenazados de suspensión y excomunión si no cumplían lo pactado.

En 1492 se da por finalizado el pleito de Desojo en el proceso apostólico de dicho año.

San Millán de la Cogolla

En el año 933 aparecen en los escritos San Millan. Un tal Blas Braca en remisión de sus pecados y para obtener la salvación de su alma se entregaba asimismo en concepto de esclavo, y además todas las posesiones que tenía en Desojo, entre las cuales estaba la iglesia de San Pelayo, en las afueras del pueblo, al Monasterio de San Millan y al abad Gómiz, aprueba la donación el rey García Sánchez I, rey de Pamplona, en cuyos territorios estaba Desojo. Blas Braca aparece como un caballero noble del reino, pamplonés y patrón del monasterio de San Pelayo de  Desojo.
En san Millán de la Cogolla encontramos muchos libros, pero el más importante es el que los frailes apuntaban las posiciones de su propiedad de los cuales vivían.

Lo escribieron  en el año 1090 y aparecen 52, propiedades del monasterio en Desojo y dos iglesias.

De muchas de esas tierras, podemos reconocer sus nombres, Casella, Azereto, Poio, Congosto, Santa Eulalia Melgar, camino de Villanueva.

San Pelayo

En el año 920, el 26 de julio cerca de aquí en Valdejunquera, los ejércitos de Abderraman III, lucharon y vencieron a los ejércitos cristianos de Sancho I de Navarra y Ordoño II, de León.

Entre los prisioneros que se llevaron a Córdoba estaban los obispos Dulcidio de Salamanca y Hermogio deTui. Para cobrar el rescate intercambiaron a Hermogio por sobrino Pelayo. El obispo regresó a por el dinero y el niño se quedó en Córdoba cautivo. Despues de tres años en cautividad, Pelayo, un joven despierto inteligente fue tentado por el emir con promesas de bienes y fortuna, si cedía ante las pretensiones, el joven rechazó las propuestas y fue decapitado y lanzado al Guadalquivir. Los cristianos compraron los restos de Pelayo y los enterraron en la iglesia de San Ginés. Los restos fueron trasladados a León el año 967, pero hacia el año 994 fueron definitivamente trasladados a Oviedo al convento de monjas Benedictinas de San Pelayo.

Años antes, en Desojo había una iglesia con reliquia de San Pelayo. La iglesia estaba a la entrada del pueblo en la hacienda de Blas Braca en el año 933. Blas Braca decide retirarse al Monasterio de San Millan y dona todas sus posesiones. Entre ellas, la iglesia que había construido a san Pelayo. La iglesia permaneció hasta 1626 en la que se retiraron las últimas piedras. 
Poli Yániz Eguilaz

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